“El tiempo se está rompiendo”, advierte Liu, mientras imágenes de momentos que se repiten y colapsan invaden la pantalla. Con un tono de desesperación, el protagonista se pregunta si está “arreglando el futuro o destruyéndolo”. La intriga se intensifica cuando se revela que alguien está manipulando el pasado, reescribiendo legados familiares y recuerdos. La frase “esto es más grande que el poder, esto es el tiempo mismo” resuena en el aire, elevando las apuestas a niveles sin precedentes.